La credibilidad de Air Europa con sus proveedores ha registrado en los últimos tiempos un salto de confianza, gracias a la sensación de solvencia que transmite el poder que en la aerolínea ha ido ganando Iberia, Jesús Nuño de la Rosa, Richard Clark, y el Gobierno a través de la SEPI (Air Europa: acuerdo millonario con Boeing para ampliar flota).
Una de las consecuencias más directas de este cambio se ha apreciado en la relación con los lessors y con Boeing, que junto a Repsol constituían uno de los acreedores más preocupados por el devenir de la aerolínea de Globalia, y que tenían capacidad para ponerla en serios aprietos.
Los graves apuros económicos de Air Europa le han costado perder alrededor de 20 aviones de su flota desde el estallido de la pandemia, que suponen cerca de un tercio del total, y aún así la aerolínea de Globalia venía arrastrando recelos entre sus acreedores como la banca.
El ascenso de Richard Clark representó un espaldarazo para la imagen de Air Europa, ya que es un ejecutivo tan bien considerado en lo profesional como en lo personal. A ello se le unió la salida de Valentín Lago del cargo de CEO para ser revelado por Jesús Nuño de la Rosa, con una autoridad más evidente (Air Europa oficializa el nombramiento de Nuño de la Rosa como CEO).
La trayectoria del expresidente de El Corte Inglés y los resultados que logró en la agencia le han hecho merecedor de una mayor credibilidad entre los proveedores y acreedores de la aerolínea de Air Europa, y también entre su plantilla, que como hizo con los grandes almacenes ha demostrado cuidar con comunicaciones rigurosas, sinceras y de reconocimiento.
La entrada en el capital de Iberia ha significado otro punto de apoyo para la confianza en el futuro de Air Europa, así como que su principal acreedor sea el Estado, que acudió al rescate de Globalia con una celeridad que han añorado y mucho el resto de empresas rescatadas por la SEPI, y aún más las rechazadas (La matriz de Iberia se hace con el 20% de Air Europa).
Los bancos, pese a que el ICO avalaba más del 70 por ciento de los créditos, había cerrado el grifo de liquidez a Air Europa y la hubiera condenado a su bancarrota, lo que evitó la intervención gubernamental con un rescate rápido, el segundo más abultado, pese a incluso las críticas desde la propia Globalia, exigiendo que «soltaran la pasta ya».
No obstante, una nueva era de profesionalidad se ha abierto paso en Air Europa, y se espera que los nuevos actores que ya han dado un salto en su credibilidad aún ganen más poder, ya que cuentan con el favor creciente de proveedores y empleados por los criterios y las formas más acorde a los tiempos y a la situación delicada de la aerolínea.
FUENTE: www.preferente.com